26.11.12

Déjà vu sigue creciendo






Y el corazón cuando haya hecho caer
con un final latido al muro umbrío
para llevarme, Madre, hasta el Señor, 
igual que entonces me darás la mano.

De hinojos, decidida, 
serás como una estátua ante el Eterno, 
como solía verte
cuando aún estabas viva.

Alzarás temblando los viejos brazos,
como cuando expiraste 
diciendo: Dios mío, aquí estoy.

Y sólo cuando me haya perdonado
te darán ganas de mirarme.

Recordarás que me esperante tanto
y un rápido suspiro habrá en tus ojos.

Giuseppe Ungaretti

14.11.12

En lo más profundo del armario


Una placa de cristal en el archivo fotográfico familiar siempre es un descubrimiento. No sé quiénes serán, pero lo que sí sé es que mis señoritos antepasados, a pesar de sus caras, se lo están pasando en grande en la plaza de San Marcos.