7.5.06

Amanece que no es poco


Mientras el mundo comienza a despertarse, yo ya voy de camino al curro.
Camino por las típicas calles vacías de Domingo por la mañana. Las persianas de los kioscos se van subiendo al ritmo de mi paso y de cuando en cuando me cruzo con algún alma en pena. Con el sueño del concierto y las cervezas de ayer miro con envidia a aquellos que comienzan su noche cuando empieza mi día; la luz plomiza no contribuye a despertar mis sentidos.

De repente llego. Los restos de la batalla continuan en el campo, justo en la puerta de mi destino.

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