En un espacio donde las encinas no existen y los robles no crecen, ocupan su lugar las misteriosas
lengas y los llorones
ñires.
Cerca del
vértice del cono sur, estos emblemáticos árboles sirven para algo más que para
silbar al son de las tempestades patagónicas.
Cercano a la frontera chilena, en el confín de Argentina, el
Chaltén es un lugar para soñar.
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